Ese proceso, la consciencia

 A corta edad, mostró interés por encontrarle sentido a su existencia. Sus primeras búsquedas fueron en el seno de su hogar. Su padre, con una rígida estructura de personalidad, le respondía: «El hombre nace, se desarrolla, se reproduce y muere». Su madre, de fuerte inclinación religiosa, tenía todas las dudas esclarecidas: «Es la voluntad de Dios». 

 Así fue creciendo, sin respuestas que lo satisficieran, siempre observando y cuestionando. ¿Las cosas eran como las había aprendido? ¿O había algo más? 

Buscando respuestas a sus inquietudes, estudió Psicología Social. Ese aprendizaje sistemático le aclaró muchas dudas, se comprendió más y pudo ver el porqué de muchas situaciones, tanto en lo individual como en lo colectivo.  

Tomó conciencia de que somos inducidos a organizarnos de manera tal de satisfacer a ciertos sectores. No se victimizó, llegó a la conclusión que darse cuenta es «el remedio», que de esa forma se podrá optar por lo que realmente necesitamos en cada situación. Pudo comprender, desde lo concreto, lo del día a día, pero aún le quedaba otra inquietud: el sentido de la vida. 

 En este trabajo, hace un recorrido que va desde lo que hacemos hasta el por qué lo hacemos. Explica en forma sencilla cuál es el motivo de nuestras experiencias en este plano.